El costo ambiental de la educación

La deforestación no puede ser el negocio de las editoriales y los colegios en Colombia.

Es preocupante que los libros de un solo uso se estén convirtiendo en una practica común en colegios privados de Colombia. Como si se tratara de un producto perecedero los textos escolares ahora tienen fecha de vencimiento. En pleno siglo XXI las técnicas depredadoras que sacrifican el medio ambiente en pro del negocio, no son una sorpresa para nadie, sin embargo, en el ámbito de la educación se espera que se asuman posturas ejemplares que promuevan el cambio. Desafortunadamente este no es el caso con varias editoriales y colegios en Colombia.

Cuando yo estaba en el colegio era normal que algunos libros no se pudieran reutilizar, pero al menos los textos de consulta y los libros de literatura los podía compartir con amigos y familiares. Considerando la grave crisis ambiental en Colombia los colegios y las editoriales deberían innovar a favor del medio ambiente y no en su contra. Los colegios podrían facilitar el trueque de textos escolares o dotar sus bibliotecas para que los libros sean usados más de una vez. Además en la era de la Internet los estudiantes tienen acceso a innumerables recursos educativos que deberían aprovecharse.

Desafortunadamente algunas editoriales están innovando para impedir que los libros sean reutilizados. Ahora muchos textos escolares de consulta y literatura tienen códigos para hacer uso de plataformas virtuales. Estos códigos solo pueden ser usados una vez y por un tiempo máximo de un año. Esta estrategia no funcionarían sin el patrocinio de los colegios, que se encargan de presionar a los padres de familia para que adquieran materiales que expiran en doce meses.

DEFORESTACIÓN Y DESPERDICIOS

Un colegio con 500 estudiantes puede costar al medio ambiente 83 árboles al año. En un colegio del norte de Bogotá, se le pidieron a los estudiantes este año aproximadamente 13 libros entre textos de consulta y literatura; estos libros pueden representar unas 2.000 hojas de papel. Si un árbol produce 12.000 hojas, los libros escolares de 6 niños cuestan un árbol cada año y 500 estudiantes 83 árboles. Si el colegio reutilizara cada libro una vez podría salvar más de 400 árboles en 10 años.

Además de los árboles que nos cuestan los textos escolares, todos ellos en algún momento terminan generando desperdicios. La mejor forma de reducir nuestra huella ambiental es reducir el consumo. No se trata de usar menos libros, por el contrario, se trata de usar más cada libro que tenemos a nuestra disposición.

PROMOVIENDO UNA CULTURA CONSUMISTA

Los libros de un solo uso general una mentalidad en los estudiantes consumista. No les enseña que las cosas no solo tienen un costo económico, sino que además tienen un costo ambiental que el dinero no compensa. Los libros de un solo uso enseñan a niños y adolescentes a pensar que las cosas se usan y se botan fácilmente.

Donar libros es una buena practica, pero no enseña a los niños a cuidar las cosas por que los recursos en el mundo son escasos; a entender que debemos reducir nuestro consumo y el costo ambiental; a respetar el derecho de las futuras generaciones a tener recursos para su subsistencia. Los niños no pueden tener empatía con las causas que buscan detener el cambio climático, mientras le son impuestos hábitos consumistas.

CALIDAD DE LA EDUCACIÓN

Los textos escolares reducen la calidad de la educación porque limitan el uso de recursos educativos. Para justificar el exigencia de textos escolares rápidamente desechables, los colegios deben dar el mayor uso posible estos textos. Aunque por lo general los colegios no usan la totalidad de cada libro que piden, hay una presión de llenar libros como los de inglés. Esto limita la posibilidad de usar diferentes recursos educativos como los recursos de la internet, dinámicas de clase, otros libros, etc.

Para cada materia los estudiantes tienen que usar un texto escolar asignado. Aunque en la universidad se espera que los estudiantes consulten varias fuentes y opten por las que consideran mejores, en los colegios se les impone una única fuente. Hace 20 años consultar varias fuentes resultaba difícil porque no todas las personas tenían a su disposición diferentes libros en casa y habían menos bibliotecas. Pero hoy existen innumerables facilidades para acceder a recursos tanto virtuales como impresos.

La educación de una persona no puede limitarse a un solo texto escolar o la plataforma de una editorial. Existen valiosos recursos en la Web, muchos de ellos financiados con recursos públicos, que los colegios desaprovechan. En Colombia entre 2012 y 2014 se invirtieron casi 36 millones de dólares en la modernización de la plataforma Colombia Aprende y la producción de contenido digital para la educación básica y media. El Banco de la República constantemente invierte en la creación de material con enorme valor educativo. Hoy no hay razones para limitar la educación a un texto escolar cuando la tecnología nos abre la puerta a un universo de recursos.

 

Photo by Marcin Kempa on Unsplash
Publicado en Blog, Sostenibilidad.

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